A MI LA LEGION
Publicado: Jue 11/02/10 11:19
EL LEGIONARIO
Monta un enano en el tren en Madrid, y al rato se escucha por megafonía:
"Atención Sres. viajeros, por problemas técnicos este tren no podrá realizar parada en Córdoba", a lo cual el enano se pone a llorar.
Entonces el viajero que va enfrente (legionario bragao), le pregunta que por qué llora.
- Pues es que me voy al entierro de mi padre en Córdoba, y el tren ha dicho que no va a parar.
- Tú tranquilo, Por mis cojones y por la Legión, que tú te quedas en Córdoba; no te preocupes, cuando estemos a la altura del andén de la estación de Córdoba te agarro por la cabeza, te saco por la ventanilla, empiezas a correr en el aire, y luego te suelto y así al ir corriendo no te caes al suelo, que así nos tiramos de los coches en marcha en la Legión.
- ¡Ah! Vale, de acuerdo, así lo haremos, dice el enano.
Y al llegar a Córdoba hacen lo acordado.
Pero 40 minutos más tarde el legionario va a la cafetería del tren y allí ve al enano llorando.
- Mecagüen la leche, pero qué haces aquí, si yo te dejé en Córdoba.
- Ya, dice el enano, pero 3 vagones más atrás viajaba un compañero tuyo, que al verme correr por el andén, sacó su brazo por la ventanilla, y dijo:
- Por mis cojones y por la Legión, que este tren, tú no lo pierdes...
Monta un enano en el tren en Madrid, y al rato se escucha por megafonía:
"Atención Sres. viajeros, por problemas técnicos este tren no podrá realizar parada en Córdoba", a lo cual el enano se pone a llorar.
Entonces el viajero que va enfrente (legionario bragao), le pregunta que por qué llora.
- Pues es que me voy al entierro de mi padre en Córdoba, y el tren ha dicho que no va a parar.
- Tú tranquilo, Por mis cojones y por la Legión, que tú te quedas en Córdoba; no te preocupes, cuando estemos a la altura del andén de la estación de Córdoba te agarro por la cabeza, te saco por la ventanilla, empiezas a correr en el aire, y luego te suelto y así al ir corriendo no te caes al suelo, que así nos tiramos de los coches en marcha en la Legión.
- ¡Ah! Vale, de acuerdo, así lo haremos, dice el enano.
Y al llegar a Córdoba hacen lo acordado.
Pero 40 minutos más tarde el legionario va a la cafetería del tren y allí ve al enano llorando.
- Mecagüen la leche, pero qué haces aquí, si yo te dejé en Córdoba.
- Ya, dice el enano, pero 3 vagones más atrás viajaba un compañero tuyo, que al verme correr por el andén, sacó su brazo por la ventanilla, y dijo:
- Por mis cojones y por la Legión, que este tren, tú no lo pierdes...