LAS SANDALIAS
Publicado: Mié 15/10/08 21:21
Una pareja de recién casados va a pasar la luna de miel a Pakistán.
Allí, mientras pasean por el Mercado, oyen a un vendedor de sandalias que parece escapado de las Mil y una Noches.
Bengan, baisanos, bengan a mi humilde diendita, que allí bodrán combrar algo fabuloso!!', los incita.
El joven matrimonio entra y allí el vendedor les muestra un par de sandalias a las que les atribuye un poder mágico.
'Con ellas, bodrán hacer el amor salvajemente, como gamellos enfurecidos', les dice.
La mujer se tienta por el comentario del vendedor pero el hombre, atlético y viril, dice que no las necesita.
'Bruébalas, baisano, no te arrebentirás', insiste el vendedor..
Como su mujer está cada vez más interesada, el hombre termina por acceder.
Y de repente.... apenas se las ha calzado, una mirada feroz se dibuja en su rostro... una ansia incontenible... una furia que su esposa jamás había visto!
Veloz como una fiera en celo, el joven marido aferra al vendedor paquistaní por las nalgas, le baja los pantalones y se arroja sobre él para violarlo.
'¡¡¡Bara, bara, bara, gabrón!!!'
Con lagrimas en los ojos grita desesperado el vendedor:
'¡¡Te las busiste al rebés, hijo de buta, te las busiste al rebés!!!'
Allí, mientras pasean por el Mercado, oyen a un vendedor de sandalias que parece escapado de las Mil y una Noches.
Bengan, baisanos, bengan a mi humilde diendita, que allí bodrán combrar algo fabuloso!!', los incita.
El joven matrimonio entra y allí el vendedor les muestra un par de sandalias a las que les atribuye un poder mágico.
'Con ellas, bodrán hacer el amor salvajemente, como gamellos enfurecidos', les dice.
La mujer se tienta por el comentario del vendedor pero el hombre, atlético y viril, dice que no las necesita.
'Bruébalas, baisano, no te arrebentirás', insiste el vendedor..
Como su mujer está cada vez más interesada, el hombre termina por acceder.
Y de repente.... apenas se las ha calzado, una mirada feroz se dibuja en su rostro... una ansia incontenible... una furia que su esposa jamás había visto!
Veloz como una fiera en celo, el joven marido aferra al vendedor paquistaní por las nalgas, le baja los pantalones y se arroja sobre él para violarlo.
'¡¡¡Bara, bara, bara, gabrón!!!'
Con lagrimas en los ojos grita desesperado el vendedor:
'¡¡Te las busiste al rebés, hijo de buta, te las busiste al rebés!!!'