EL MEJOR DIA MOTERO DE MI VIDA
Publicado: Mié 04/09/13 02:10
..Allá por el año 1998...
Llevo una noche de perros, me he levantado al baño como unas cinco veces, no se bien si es por el nerviosismo o por que el insomnio empieza a hacerse mi compañero de viaje. Por fin sobre las 6 de la madrugada consigo dormirme, pero al instante suena ya el despertador, miro el reloj; las 8 de la mañana, doy un salto y me dispongo a emprender mi camino, llevo toda la semana planeandolo, cuando mas saturado estas de trabajo, las rutas en moto son lo que mas consiguen alejarme de mi rutina diaria, de mis luchas y de mis fracasos; sois tu, tu moto y la carretera. Me visto en silencio para no despertar a mi mujer y termino con los preparativos en el salón. Equipamiento: Botas de montaña, pantalones baqueros, camiseta de una tienda de pinturas, un forro polar y un plumón; en las manos unos guantes de lana en los que reza: Thisulate; y pienso “estos contra el frio deben ser la ¡!”. Como dicen que hombre precavido vale por dos, cojo unos alicates, cinta aislante y una linterna, el mapa de Andalucía y el resto de las herramientas estan ya en la moto. Bajo a la cochera y echo una rapida ojeada al nivel del aceite; esta a la mitad, no pasa nada, asi corre mas.
Me pongo los guantes y me encajo en la cabeza un casco AGV que me ha dejado Carlos que tiene la pantalla oscura pero da igual por que esta toda arañada, asi que tengo ya asimilado que ire con ella abierta todo el camino, para eso ya tenia previsto mis gafas de sol (anti chinazos ) y mi pasamontañas de terrorista con el que me cubrire la nariz.
Arranco la moto, como siempre a la primera, dejo que caliente y salgo de la cochera en direccion al punto de reunión, allí me espera mi fiel compañero Carlos, con el que tantas aventuras y desventuras e compartido. Tras un acalorado saludo nos ponemos a repostar tras haber comprobado la presión de ruedas cogemos el mapa para comprobar una vez mas la locura que vamos a cometer. La idea; seiscientos kilómetros en un dia por carreteras comarcales con dos monturas de ordago: Una Burgman de 250 y una Daelim NS 125.
Sin mas entretenimiento nos decidimos a coger la carretera de Alhama pasando por el pantano de los Bermejales. En estos tramos, debido al frio y a pesadez de nuestros cuerpos, el ritmo es ligero pero sin forzar. Cuando pasamos Alhama un tramo muy malo con el asfalto resbaladizo y lleno de baches nos hace empezar a calentar para lo que es nuestro nirvana scootero: La bajada de Ventas de Zafarraya. Cuando llegamos a este punto, paramos siempre junto a un cartel en el que pone “Bienvenidos a la Axarquia”, es como un warm up en el que concentrarnos para lo que viene. Las conversaciones son tensas con constantes miradas y sonrisas maliciosas que quieren decir “si, si, aqui eres mi amigo pero ahí abajo no te voy a perdonar ni un error”.
Con ganas de empezar pero con miedo a que se desboque el caballo que llevamos dentro empezamos la bajada. En las tres primeras pseudos rectas en bajada calentamos gomas, haciendo eses como los profesionales (con guantes de Thisulate y plumones del Alcampo). Sabemos que al llegar a la primera casa, justo al lado de una ese cerrada, empezarán las hostilidades, da igual quien va primero y quien segundo, la diversión es lo que cuenta...o no. Casa a la izquierda y…gas a fondo. Cuesta abajo todo corre, se que mi montura tiene mas potencia que la de Carlos, pero yo no arriesgo tanto como el. ¡Un camión! Tension a tope, quien adelantara antes…yo. Haciendo alarde de mis 248 centimetros cubicos adelanto al camión, pero una larga recta me espera delante y se que mi adversario lo dara todo en esa recta por cogerme. Miro por mi retrovisor y le veo agachado como si fuera Alex Criville en la recta de Assen.Una mano la lleva a la espalda para , según dice el , ser mas aerodinámico. Llega la frenada de vertigo al final de la recta, yo cojo frenos a tope, pero se que el es mas hábil y frenara mas tarde recuperandome asi unos metros preciosos. No me equivoque.Ya lo tengo detrás.Acechandome.Esperando su turno para hacerme un interior cuando pueda. Su moto es aquí donde me gana, pesa menos y es mas ligera, se acabaron las ventajas, llego el cuerpo a cuerpo.De mi mente desaparece todo,TODO; concentro todo mi esfuerzo en hacer la trazada perfecta, sin el mas minimo error ni resquicio por el que se pueda colar mi mayor enemigo sobre la tierra, mi mejor amigo cuando me bajo de la moto.
Frenada de vertigo, de repente siento el sonido de su motor a mi lado; ¿Cómo puede ser?¿voy frenando a tope? ¡se va a salir!.Mientras todo esto pasa por mi cabeza no suelto el freno ni un milimetro, no vario mi trayectoria ni un centímetro, no cedo ni una centesima ante mi competidor; hombro con hombro entrando en una curva en la que dos hombres entran y solo uno sale. Entro en la curva y dejo de escuchar junto a mi el sonido del monocilindrico coreano. En ese momento dos sensaciones atraviesan mi cuerpo; una de satisfacción por la victoria en esta batalla, y otra de preocupación por mi contrincante ; miro por el espejo y…he ganado la batalla, pero no la guerra. Ahí esta, mirandome desafiante, riendose bajo su casco, diciendome “he estado cerca ¿eh?”. Hago repaso mental de la carretera tratando de atisbar donde lo intentara otra vez; ¡ya se!, las curvas enlazadas en bajada junto a unas casas blancas con buganvillas que recuerdo; intentare llegar alli antes que el. En un esfuerzo sobrehumano consigo cojerle unos metros con la intencion de llegar a la zona comprometida con la ventaja suficiente para que no me adelante. La moto se me mueve a derechas e izquierdas, lo cual me recuerda que debí cambiarle las ruedas hace ya un tiempo, solo espero que aguanten la frenada de la paella…
La paella es una curva a derechas que esta en bajada con un rizado en su interior, es por eso que hay que trazarla bien o si no pierdes un tiempo precioso. Abro gas a fondo mientras por el retrovisor veo que Carlos esta ya a unos treinta metros. Bien, voy por buen camino. Llego a la frenada y cojo los frenos con toda mi fuerza trazando antes de entrar en la curva para no comerme el rizado del asfalto y subitamente la moto se me cruza a la vez que roza en el suelo con el caballete; ¡uff que susto!.Sin pensar casi en el incidente me encamino a las eses (la chicane como le deciamos nosotros), pero antes miro por el retrovisor para controlar a mi enemigo intimo y…¡no le veo!, ¿Dónde esta?¿donde?, respuesta contestada, adelantandome por la izquierda, ¡no me lo puedo creer!¿de donde ha salido este tio? ¡jdr!, entra en la “chicane” antes que yo, ¡estoy perdido!, a duras penas le sigo la estela, nuestras motos se mueven mucho, yo trato de hilar lo mas fino que puedo para no poner en compromisos a mis maltrechas gomas. En la siguiente frenada lo voy a intentar. Carlos, consciente de que voy a por todas, mira hacia atrás intentando vislumbrar en mi mirada algo que le diga cuales van a ser mis intenciones, y como la cara es el espejo del alma, en mis ojos ve una mirada sucia, traidora, competitiva. Curva a derechas en bajada, muy cerrada, llena de baches, nos emparejamos, a mi me duele la mano, no puedo apretar mas la maneta del freno, pero confio en mi frenada combinada, una breve mirada diabolica se cruza entre nosotros mientras avanzamos en paralelo hacia una serie de enlazados con visibilidad total lo que prevé un duelo hasta el final.
Como en la mayoria de las ocasiones los 21 cv de mi Burgman hacen que me separe de el lentamente, no me guardo nada, hago las enlazadas a tope y poco a poco me distancio de Carlos, es una zona “rapida” y aquí el peso y la potencia imponen su ley.
La peor curva de la bajada de Ventas de Zafarraya es una en la que ya puedes ver todo el valle de Viñuela que cambia su pendiente subitamente haciendo parecer que la carretera sigue recta, bien pues en esta curva un camion ha dejado un regalo en forma de monton de gravilla de esa que tan bien se lleva con nuestras ruedas y en concreto con mis Bridgestone Hoop totalmente lisas. Yo que entro en plan un poco mas conservador freno y la moto se mueve de todos lados, con una mano le hago una señal explicita a Carlos que se que a ciencia cierta viene a por mi... Demasiado tarde. Carlos se mete de lleno en la grava y su moto se mueve de un lado para otro, mientras yo lo veo horrorizado desde mi retrovisor…despues de derrapar, por azares del destino consigue controlarla; este pequeño incidente no le ha supuesto nada; ahora esta muy cabreado. Yo tratando de recomponerme del susto trato de recuperar mi concentración inicial; el tramo llega a su fin y yo llevo ventaja.
Paella a izquierdas rodeada por un césped que hace pensar que una caida ahí sera como caer en tu cama, otra paella aderechas rota y llena de ondulaciones y nos encaminamos al final, Carlos viene a por mi como un huracan. Yo mas que correr huyo como una presa huye de su depredador, busco con la vista el cruce de Alcaucin tratando de ver un ficticio hombre con la bandera de cuadros. Curva rapida a izquierdas, tomo la curva sabiendome ya vencedor de esta guerra cuando veo pasar como una exhalación la Daelim negra con Carlos agachado con la mano a la espalda…¡ha tomado la curva asi!...me coge unos metros que no puedo recuperar y el estado de perplejidad en el que me deja me impide tener animo para intentar adelantarle en la ultima curva antes del cruce…He perdido.
A veces sentia tal impotencia que tenia ganas de dejar las motos y dedicarme a otra cosa en la que aquel tipo no pudiera ganarme…pero me bajaba de la moto y aquel piloto desalmado y traidor se convertía en mi amigo del alma. Después de esta refriega, la charla y el comentario de las mejores imágenes estaba asegurado.
Ese dia, después de esta tuvimos unas cuantas mas, fuimos a Ronda y volvimos por comarcales y ya a las 11 de la noche, comiendo en Almuñecar, decidimos subir a Granada por La Cabra y rematar asi la faena. Total 623 km desde las 8:30 hasta las 00:14. En mas de una ocasion hemos recordado esta primera salida larga. Es curioso, pero todo este "pique" se desarrollo a una velocidad de poco mas de 60 km/h, pero toda mi vida recordaré este dia...
Despues de esto he tenido mas de veinte motos, todas ellas con mas potencia, mucha mas, pero jamas me diverti mas que en aquellas primeras excursiones " a la aventura" en las que un par de tipos hacian cientos de kilometros en motos que no pasaban de 100 por hora . En ocasiones cuando sales a carretera sabes que en cierto modo te la juegas, bien por un error tuyo o bien por un error de los demas, nobstante siempre he preferido la adrenalina que me da exprimir 21 cv a tope para poder subir una cuesta con dignidad, que levantar la rueda delantera a base de abrirle gas a un bicho de 177 cv.
Gracias por leeros el tocho.
Llevo una noche de perros, me he levantado al baño como unas cinco veces, no se bien si es por el nerviosismo o por que el insomnio empieza a hacerse mi compañero de viaje. Por fin sobre las 6 de la madrugada consigo dormirme, pero al instante suena ya el despertador, miro el reloj; las 8 de la mañana, doy un salto y me dispongo a emprender mi camino, llevo toda la semana planeandolo, cuando mas saturado estas de trabajo, las rutas en moto son lo que mas consiguen alejarme de mi rutina diaria, de mis luchas y de mis fracasos; sois tu, tu moto y la carretera. Me visto en silencio para no despertar a mi mujer y termino con los preparativos en el salón. Equipamiento: Botas de montaña, pantalones baqueros, camiseta de una tienda de pinturas, un forro polar y un plumón; en las manos unos guantes de lana en los que reza: Thisulate; y pienso “estos contra el frio deben ser la ¡!”. Como dicen que hombre precavido vale por dos, cojo unos alicates, cinta aislante y una linterna, el mapa de Andalucía y el resto de las herramientas estan ya en la moto. Bajo a la cochera y echo una rapida ojeada al nivel del aceite; esta a la mitad, no pasa nada, asi corre mas.
Me pongo los guantes y me encajo en la cabeza un casco AGV que me ha dejado Carlos que tiene la pantalla oscura pero da igual por que esta toda arañada, asi que tengo ya asimilado que ire con ella abierta todo el camino, para eso ya tenia previsto mis gafas de sol (anti chinazos ) y mi pasamontañas de terrorista con el que me cubrire la nariz.
Arranco la moto, como siempre a la primera, dejo que caliente y salgo de la cochera en direccion al punto de reunión, allí me espera mi fiel compañero Carlos, con el que tantas aventuras y desventuras e compartido. Tras un acalorado saludo nos ponemos a repostar tras haber comprobado la presión de ruedas cogemos el mapa para comprobar una vez mas la locura que vamos a cometer. La idea; seiscientos kilómetros en un dia por carreteras comarcales con dos monturas de ordago: Una Burgman de 250 y una Daelim NS 125.
Sin mas entretenimiento nos decidimos a coger la carretera de Alhama pasando por el pantano de los Bermejales. En estos tramos, debido al frio y a pesadez de nuestros cuerpos, el ritmo es ligero pero sin forzar. Cuando pasamos Alhama un tramo muy malo con el asfalto resbaladizo y lleno de baches nos hace empezar a calentar para lo que es nuestro nirvana scootero: La bajada de Ventas de Zafarraya. Cuando llegamos a este punto, paramos siempre junto a un cartel en el que pone “Bienvenidos a la Axarquia”, es como un warm up en el que concentrarnos para lo que viene. Las conversaciones son tensas con constantes miradas y sonrisas maliciosas que quieren decir “si, si, aqui eres mi amigo pero ahí abajo no te voy a perdonar ni un error”.
Con ganas de empezar pero con miedo a que se desboque el caballo que llevamos dentro empezamos la bajada. En las tres primeras pseudos rectas en bajada calentamos gomas, haciendo eses como los profesionales (con guantes de Thisulate y plumones del Alcampo). Sabemos que al llegar a la primera casa, justo al lado de una ese cerrada, empezarán las hostilidades, da igual quien va primero y quien segundo, la diversión es lo que cuenta...o no. Casa a la izquierda y…gas a fondo. Cuesta abajo todo corre, se que mi montura tiene mas potencia que la de Carlos, pero yo no arriesgo tanto como el. ¡Un camión! Tension a tope, quien adelantara antes…yo. Haciendo alarde de mis 248 centimetros cubicos adelanto al camión, pero una larga recta me espera delante y se que mi adversario lo dara todo en esa recta por cogerme. Miro por mi retrovisor y le veo agachado como si fuera Alex Criville en la recta de Assen.Una mano la lleva a la espalda para , según dice el , ser mas aerodinámico. Llega la frenada de vertigo al final de la recta, yo cojo frenos a tope, pero se que el es mas hábil y frenara mas tarde recuperandome asi unos metros preciosos. No me equivoque.Ya lo tengo detrás.Acechandome.Esperando su turno para hacerme un interior cuando pueda. Su moto es aquí donde me gana, pesa menos y es mas ligera, se acabaron las ventajas, llego el cuerpo a cuerpo.De mi mente desaparece todo,TODO; concentro todo mi esfuerzo en hacer la trazada perfecta, sin el mas minimo error ni resquicio por el que se pueda colar mi mayor enemigo sobre la tierra, mi mejor amigo cuando me bajo de la moto.
Frenada de vertigo, de repente siento el sonido de su motor a mi lado; ¿Cómo puede ser?¿voy frenando a tope? ¡se va a salir!.Mientras todo esto pasa por mi cabeza no suelto el freno ni un milimetro, no vario mi trayectoria ni un centímetro, no cedo ni una centesima ante mi competidor; hombro con hombro entrando en una curva en la que dos hombres entran y solo uno sale. Entro en la curva y dejo de escuchar junto a mi el sonido del monocilindrico coreano. En ese momento dos sensaciones atraviesan mi cuerpo; una de satisfacción por la victoria en esta batalla, y otra de preocupación por mi contrincante ; miro por el espejo y…he ganado la batalla, pero no la guerra. Ahí esta, mirandome desafiante, riendose bajo su casco, diciendome “he estado cerca ¿eh?”. Hago repaso mental de la carretera tratando de atisbar donde lo intentara otra vez; ¡ya se!, las curvas enlazadas en bajada junto a unas casas blancas con buganvillas que recuerdo; intentare llegar alli antes que el. En un esfuerzo sobrehumano consigo cojerle unos metros con la intencion de llegar a la zona comprometida con la ventaja suficiente para que no me adelante. La moto se me mueve a derechas e izquierdas, lo cual me recuerda que debí cambiarle las ruedas hace ya un tiempo, solo espero que aguanten la frenada de la paella…
La paella es una curva a derechas que esta en bajada con un rizado en su interior, es por eso que hay que trazarla bien o si no pierdes un tiempo precioso. Abro gas a fondo mientras por el retrovisor veo que Carlos esta ya a unos treinta metros. Bien, voy por buen camino. Llego a la frenada y cojo los frenos con toda mi fuerza trazando antes de entrar en la curva para no comerme el rizado del asfalto y subitamente la moto se me cruza a la vez que roza en el suelo con el caballete; ¡uff que susto!.Sin pensar casi en el incidente me encamino a las eses (la chicane como le deciamos nosotros), pero antes miro por el retrovisor para controlar a mi enemigo intimo y…¡no le veo!, ¿Dónde esta?¿donde?, respuesta contestada, adelantandome por la izquierda, ¡no me lo puedo creer!¿de donde ha salido este tio? ¡jdr!, entra en la “chicane” antes que yo, ¡estoy perdido!, a duras penas le sigo la estela, nuestras motos se mueven mucho, yo trato de hilar lo mas fino que puedo para no poner en compromisos a mis maltrechas gomas. En la siguiente frenada lo voy a intentar. Carlos, consciente de que voy a por todas, mira hacia atrás intentando vislumbrar en mi mirada algo que le diga cuales van a ser mis intenciones, y como la cara es el espejo del alma, en mis ojos ve una mirada sucia, traidora, competitiva. Curva a derechas en bajada, muy cerrada, llena de baches, nos emparejamos, a mi me duele la mano, no puedo apretar mas la maneta del freno, pero confio en mi frenada combinada, una breve mirada diabolica se cruza entre nosotros mientras avanzamos en paralelo hacia una serie de enlazados con visibilidad total lo que prevé un duelo hasta el final.
Como en la mayoria de las ocasiones los 21 cv de mi Burgman hacen que me separe de el lentamente, no me guardo nada, hago las enlazadas a tope y poco a poco me distancio de Carlos, es una zona “rapida” y aquí el peso y la potencia imponen su ley.
La peor curva de la bajada de Ventas de Zafarraya es una en la que ya puedes ver todo el valle de Viñuela que cambia su pendiente subitamente haciendo parecer que la carretera sigue recta, bien pues en esta curva un camion ha dejado un regalo en forma de monton de gravilla de esa que tan bien se lleva con nuestras ruedas y en concreto con mis Bridgestone Hoop totalmente lisas. Yo que entro en plan un poco mas conservador freno y la moto se mueve de todos lados, con una mano le hago una señal explicita a Carlos que se que a ciencia cierta viene a por mi... Demasiado tarde. Carlos se mete de lleno en la grava y su moto se mueve de un lado para otro, mientras yo lo veo horrorizado desde mi retrovisor…despues de derrapar, por azares del destino consigue controlarla; este pequeño incidente no le ha supuesto nada; ahora esta muy cabreado. Yo tratando de recomponerme del susto trato de recuperar mi concentración inicial; el tramo llega a su fin y yo llevo ventaja.
Paella a izquierdas rodeada por un césped que hace pensar que una caida ahí sera como caer en tu cama, otra paella aderechas rota y llena de ondulaciones y nos encaminamos al final, Carlos viene a por mi como un huracan. Yo mas que correr huyo como una presa huye de su depredador, busco con la vista el cruce de Alcaucin tratando de ver un ficticio hombre con la bandera de cuadros. Curva rapida a izquierdas, tomo la curva sabiendome ya vencedor de esta guerra cuando veo pasar como una exhalación la Daelim negra con Carlos agachado con la mano a la espalda…¡ha tomado la curva asi!...me coge unos metros que no puedo recuperar y el estado de perplejidad en el que me deja me impide tener animo para intentar adelantarle en la ultima curva antes del cruce…He perdido.
A veces sentia tal impotencia que tenia ganas de dejar las motos y dedicarme a otra cosa en la que aquel tipo no pudiera ganarme…pero me bajaba de la moto y aquel piloto desalmado y traidor se convertía en mi amigo del alma. Después de esta refriega, la charla y el comentario de las mejores imágenes estaba asegurado.
Ese dia, después de esta tuvimos unas cuantas mas, fuimos a Ronda y volvimos por comarcales y ya a las 11 de la noche, comiendo en Almuñecar, decidimos subir a Granada por La Cabra y rematar asi la faena. Total 623 km desde las 8:30 hasta las 00:14. En mas de una ocasion hemos recordado esta primera salida larga. Es curioso, pero todo este "pique" se desarrollo a una velocidad de poco mas de 60 km/h, pero toda mi vida recordaré este dia...
Despues de esto he tenido mas de veinte motos, todas ellas con mas potencia, mucha mas, pero jamas me diverti mas que en aquellas primeras excursiones " a la aventura" en las que un par de tipos hacian cientos de kilometros en motos que no pasaban de 100 por hora . En ocasiones cuando sales a carretera sabes que en cierto modo te la juegas, bien por un error tuyo o bien por un error de los demas, nobstante siempre he preferido la adrenalina que me da exprimir 21 cv a tope para poder subir una cuesta con dignidad, que levantar la rueda delantera a base de abrirle gas a un bicho de 177 cv.
Gracias por leeros el tocho.
