Mi prueba de la Burgman 650
Publicado: Mié 26/06/13 10:42
Hace un par de semanas, estuve en Suzuki Bilbao para comprar unos guantes, de los que ya os informé y puse cumplida información (foto incluida). Y creo que ya os comenté que me ofrecieron probar la Burgman 650. DIje que ya le llamaría, porque como sabéis, aquí no existe el verano, y el tiempo sigue siendo frío, no hay sol, llueve casi siempre... en fin, que de probar, lo pruebas en un día bueno, como es lógico.
Total, que ayer hizo un buen día y me acerqué al concesionario a probar la moto. Aquí os va mi crónica...
EL diseño de la nueva Burgman 650 es claramente moderno. Nada que ver con las generaciones anteriores. Esta es incluso bonita. El modelo que probé era blanco. Y llamaba la atención. La rodeé andando y se la ve grande. Porque lo es. Amplia, asiento generoso... bueno, qué os voy a contar. Es una moto conocida.
Me monté y arranqué. Pero claro, me había bajado de mi T hacía 5 minutos. Y cualquier otro scooter a su lado suena peor. Aunque yo pensaba... oscar, esto es otro tipo de moto. Nada que ver. Júzgala en su justa medida. Pero aún así, el sonido no me agradaba. Quizá porque no delata su generoso motor de 650. Pero en fin, puse el motor en posición de automático D y adelante.
Recordad que esta moto no es un variador continuo como las nuestras. Tiene 3 modos: la D, Power Mode y manual.
La D es automático total. Como en nuestras motos. Es el modo por defecto, y el más utilizado casi siempre.
El Power Mode es un modo más revolucionado pensado para puertos y similar. Ahí notas una clara retención al reducir, y por otro lado, también dispones de más empuje que en D cuando le das gas subiendo cuestas.
Y finalmente, el manual. Un modo que tenía mucha curiosidad por probar. No me imaginaba que había un scooter que tenía marchas como una moto. Y sí. Las marchas funcionan. Y se agradecen mucho cuando vas por carreteras secundarias. No hay que tirar de freno continuamente como en un scooter tradicional. Reduces marcha y la moto se frena como en cualquier otra moto de marchas. Estupendo. Quizá el mando de subir y bajar marchas no está demasiado ergonómico ni bien situado. No es cómodo. Pero el sistema funciona.
Salí de Bilbao centro y me encaminé por una autovía hacia las Encartaciones. Ahí la moto va en su terreno natural. Se nota. La postura de conducción de esta Burgman es claramente confort. De viaje. Su tablero de instrumentos queda lejos y abajo. EL manillar alto. Tus brazos más estirados que en un scooter normal. El asiento es enorme y con un respaldo impresionantemente alto. Una zona muy grande también para colocar los pies de mil formas diferentes. El parabrisas puedes subirlo o bajarlo de un modo eléctrico pulsando un botón en el puño derecho... en fin, que es una moto pensada para viajar. Se nota nada más montar. Ahí la moto respondió bien y puede ir muy, muy rápido, aunque no me gustó la dirección; la notaba muy sensible, demasiado. Eso te quita un poco de confianza. Me dijeron en Suzuki que es por el ángulo de lanzamiento de la horquilla, muy distinto al de la T.
La vuelta hasta Bilbao la hice por una carretera secundaria en el modo manual. Y como he dicho más arriba, se agradecen esas marchas con su retención correspondiente. No es necesario frenar si usas bien el cambio. Estupendo. Me encantó. EL gran problema de un scooter -siempre lo he dicho- es la ausencia de retención y el tener que tirar siempre de freno. Pero aquí puedes conducir como en una moto de marchas. Porque ES una moto de marchas.
No me gustó nada la frenada que tiene. No digo que no frene, pero es tan esponjoso y suave... además, se nota que debes parar un tren en marcha, y le cuesta. La gran inercia de sus 260 kg. pasados se deja notar. Mejor no tener que apurar la frenada, aunque su doble ABS independiente según parece, te facilita mucho no tener sustos. Pero mejor no probarlo. Porque cuando por alguna razón tienes que frenar esta gran moto... te va a costar un poco más que otras.
Ya entrando en Bilbao, su agilidad por ciudad es mayor de lo que podías pensar. Sus bajos retrovisores plegables eléctricamente te permiten reducir mucha anchura para determinadas ocasiones. Lógicamente no es una Xmax ni una Scoopy, pero entra por muchos sitios. Eso sí, se nota su peso. Pesa mucho. Cuando vas más despacio o debes moverla en parado, eso es un tanque. No está pensada para un uso diario. Y si lo haces, ve al gimnasio para tener unos brazos fuertes y musculados. Te harán falta.
No me gusta sus vibraciones al ralentí ni a bajas revoluciones cuando estás saliendo de parado. En esas velocidades bajas mientras estás dando gas, la moto vibra mucho y suena como un diésel de los antiguos, con unas revoluciones bajíiiiiiisimas. Curioso. Pero desagradable. Se soluciona pasando a manual. Pero en ciudad... quién quiere ir en manual? es un coñazo.
Tiene una iluminación excelente en luz de cruce (lógicamente, la de carretera aún más). Su hueco interior es amplio, caben dos cascos y el pasajero puede ir comodísimo. Más detalles que evidencian su adn rutero.
Comportamiento? pues evidentemente, no es una XMAX ni una TMAX en agilidad. Es como un camello. Vas seguro montado en él ahí arriba, te lleva a donde quieras por lejos que esté... pero no es un caballo. La Burgman es el camello. Y la T el caballo. Nada que ver. Porque no sirven para lo mismo. Pero cuando vas en vía rápida con la Burgman, sin querer a los quince minutos estás estirado en posición Harley Davidson y con los brazos estirados ad-hoc. Porque te lo pide. Y te inclinas suavemente en las curvas. Pero cuando vas a carreteras más reviradas, inclinarse más de la cuenta da una sensación de que no es buena idea. No digo que no se pueda, pero no te sientes nada cómodo.
En conjunto, es una gran moto para hacer viajes laaaaargos. Con la fiabilidad y la historia que lleva detrás el sello Burgman y el de Suzuki. Pero a mi no me gustó. Porque para rutear, me compraría otras motos. Aunque se que aquí estoy entrando en el mundo de los gustos personales. El caso es que al montarme de nuevo en mi Tmax, al cabo de cien metros, frené en el semáforo y dije... jdr, qué diferencia. Esto sí que me gusta.
Mi nota final: un siete.
Espero que os haya gustado mi prueba. No soy experto en pruebas de vehículos. Y mucho menos experto en motos. Tan sólo son mis sensaciones al conducirla.
aquí unas foticos.
Total, que ayer hizo un buen día y me acerqué al concesionario a probar la moto. Aquí os va mi crónica...
EL diseño de la nueva Burgman 650 es claramente moderno. Nada que ver con las generaciones anteriores. Esta es incluso bonita. El modelo que probé era blanco. Y llamaba la atención. La rodeé andando y se la ve grande. Porque lo es. Amplia, asiento generoso... bueno, qué os voy a contar. Es una moto conocida.
Me monté y arranqué. Pero claro, me había bajado de mi T hacía 5 minutos. Y cualquier otro scooter a su lado suena peor. Aunque yo pensaba... oscar, esto es otro tipo de moto. Nada que ver. Júzgala en su justa medida. Pero aún así, el sonido no me agradaba. Quizá porque no delata su generoso motor de 650. Pero en fin, puse el motor en posición de automático D y adelante.
Recordad que esta moto no es un variador continuo como las nuestras. Tiene 3 modos: la D, Power Mode y manual.
La D es automático total. Como en nuestras motos. Es el modo por defecto, y el más utilizado casi siempre.
El Power Mode es un modo más revolucionado pensado para puertos y similar. Ahí notas una clara retención al reducir, y por otro lado, también dispones de más empuje que en D cuando le das gas subiendo cuestas.
Y finalmente, el manual. Un modo que tenía mucha curiosidad por probar. No me imaginaba que había un scooter que tenía marchas como una moto. Y sí. Las marchas funcionan. Y se agradecen mucho cuando vas por carreteras secundarias. No hay que tirar de freno continuamente como en un scooter tradicional. Reduces marcha y la moto se frena como en cualquier otra moto de marchas. Estupendo. Quizá el mando de subir y bajar marchas no está demasiado ergonómico ni bien situado. No es cómodo. Pero el sistema funciona.
Salí de Bilbao centro y me encaminé por una autovía hacia las Encartaciones. Ahí la moto va en su terreno natural. Se nota. La postura de conducción de esta Burgman es claramente confort. De viaje. Su tablero de instrumentos queda lejos y abajo. EL manillar alto. Tus brazos más estirados que en un scooter normal. El asiento es enorme y con un respaldo impresionantemente alto. Una zona muy grande también para colocar los pies de mil formas diferentes. El parabrisas puedes subirlo o bajarlo de un modo eléctrico pulsando un botón en el puño derecho... en fin, que es una moto pensada para viajar. Se nota nada más montar. Ahí la moto respondió bien y puede ir muy, muy rápido, aunque no me gustó la dirección; la notaba muy sensible, demasiado. Eso te quita un poco de confianza. Me dijeron en Suzuki que es por el ángulo de lanzamiento de la horquilla, muy distinto al de la T.
La vuelta hasta Bilbao la hice por una carretera secundaria en el modo manual. Y como he dicho más arriba, se agradecen esas marchas con su retención correspondiente. No es necesario frenar si usas bien el cambio. Estupendo. Me encantó. EL gran problema de un scooter -siempre lo he dicho- es la ausencia de retención y el tener que tirar siempre de freno. Pero aquí puedes conducir como en una moto de marchas. Porque ES una moto de marchas.
No me gustó nada la frenada que tiene. No digo que no frene, pero es tan esponjoso y suave... además, se nota que debes parar un tren en marcha, y le cuesta. La gran inercia de sus 260 kg. pasados se deja notar. Mejor no tener que apurar la frenada, aunque su doble ABS independiente según parece, te facilita mucho no tener sustos. Pero mejor no probarlo. Porque cuando por alguna razón tienes que frenar esta gran moto... te va a costar un poco más que otras.
Ya entrando en Bilbao, su agilidad por ciudad es mayor de lo que podías pensar. Sus bajos retrovisores plegables eléctricamente te permiten reducir mucha anchura para determinadas ocasiones. Lógicamente no es una Xmax ni una Scoopy, pero entra por muchos sitios. Eso sí, se nota su peso. Pesa mucho. Cuando vas más despacio o debes moverla en parado, eso es un tanque. No está pensada para un uso diario. Y si lo haces, ve al gimnasio para tener unos brazos fuertes y musculados. Te harán falta.
No me gusta sus vibraciones al ralentí ni a bajas revoluciones cuando estás saliendo de parado. En esas velocidades bajas mientras estás dando gas, la moto vibra mucho y suena como un diésel de los antiguos, con unas revoluciones bajíiiiiiisimas. Curioso. Pero desagradable. Se soluciona pasando a manual. Pero en ciudad... quién quiere ir en manual? es un coñazo.
Tiene una iluminación excelente en luz de cruce (lógicamente, la de carretera aún más). Su hueco interior es amplio, caben dos cascos y el pasajero puede ir comodísimo. Más detalles que evidencian su adn rutero.
Comportamiento? pues evidentemente, no es una XMAX ni una TMAX en agilidad. Es como un camello. Vas seguro montado en él ahí arriba, te lleva a donde quieras por lejos que esté... pero no es un caballo. La Burgman es el camello. Y la T el caballo. Nada que ver. Porque no sirven para lo mismo. Pero cuando vas en vía rápida con la Burgman, sin querer a los quince minutos estás estirado en posición Harley Davidson y con los brazos estirados ad-hoc. Porque te lo pide. Y te inclinas suavemente en las curvas. Pero cuando vas a carreteras más reviradas, inclinarse más de la cuenta da una sensación de que no es buena idea. No digo que no se pueda, pero no te sientes nada cómodo.
En conjunto, es una gran moto para hacer viajes laaaaargos. Con la fiabilidad y la historia que lleva detrás el sello Burgman y el de Suzuki. Pero a mi no me gustó. Porque para rutear, me compraría otras motos. Aunque se que aquí estoy entrando en el mundo de los gustos personales. El caso es que al montarme de nuevo en mi Tmax, al cabo de cien metros, frené en el semáforo y dije... jdr, qué diferencia. Esto sí que me gusta.
Mi nota final: un siete.
Espero que os haya gustado mi prueba. No soy experto en pruebas de vehículos. Y mucho menos experto en motos. Tan sólo son mis sensaciones al conducirla.
aquí unas foticos.